Desde la aprobación de la Ley de inversión extranjera en 2012, se permite la creación de empresas y sociedades en Andorra con un 100% de capital extranjero. Además, gracias a los acuerdos de intercambio de información fiscal con los principales países europeos, Andorra deja de ser considerada un paraíso fiscal. De este modo queda definitivamente fuera de la lista negra de la OCDE.
Si estos hechos le añadimos una presión fiscal mucho más baja que los países vecinos (el impuesto de sociedades es solo del 10%, pudiendo incluso ser inferior en algunas actividades concretas) nuestro pequeño país se presenta como una excelente opción.
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